lunes, 19 de junio de 2017

Hijas de la Rabia - Diario de Yelena *Entrada I*


Mi nombre es Yelena y en estas líneas voy a narrar mi historia.

Esta historia comienza a mis 16 años, cuando decidí escaparme de casa, pero para que os ubiquéis daré algunos detalles de mi pasado, o lo que recuerdo de él.

Siempre he vivido con mi hermano Luke, al principio en un orfanato y después en casas de acogida, siempre tuvimos la suerte de poder mantenernos juntos a pesar de que las casas de acogida fueran cambiando. Finalmente encontramos una casa donde pudimos crecer y unos padres buenos, o al menos eso creíamos. Vivíamos bien, no es que viviéramos con todos los lujos pero por lo menos no nos faltaba de nada.

Poco a poco mi hermano y yo nos fuimos distanciando, ya sabéis, la adolescencia y eso, pero cuando necesitábamos del otro siempre nos apoyábamos.

Todo se tercio cuando mi cuerpo empezó a cambiar y sobre todo después de haber cumplido los 16 años, todos los chicos se fijaban en mí, las chicas recelaban y hasta mi propio padre adoptivo comenzó a interesarse en mi crecimiento, esto fue lo más raro. Me decía lo que tenia que comer y lo que era bueno para mí, cuando estaba con algún compañero de clase se enfadaba mucho y siempre acabábamos discutiendo. Poco a poco los días pasaban y yo me iba sintiendo peor, mi ‘’padre’’ se comportaba cada vez de forma más protectora conmigo, no dejaba ni que mi hermano se acercase a mí. Por la noches cuando creía que yo dormía entraba en mi habitación y me observaba incluso a veces me acariciaba. La cosa empeoro y empezó a intentar tocarme, manosearme… en ese momento decidí que no podía continuar en esa situación, tenía que salir de esa casa.

El 16 de diciembre no pude soportarlo más, aprovechando que mis ‘’padres’’ no estaban en casa y que mi hermano había salido, cogí algunas pertenencias, algo de dinero y me marche de esa casa con intención de no volver, le deje una nota a mi hermano, debajo de su almohada explicándole por encima la situación y que si quería venir a buscarme que lo hiciera pero que no volvería a esa casa.

Después de un par de días vagando por las calles, ya sin dinero y muerta de hambre empecé a frecuentar un local, por así decirlo, en el me daban de comer, lo único que tenia que hacer a cambio era bailar para un montón de desconocidos, hasta que uno de ellos deicidio que yo le calentaría la cama esa noche, no podía negarme, no era la primera vez que me daban una paliza por hacerlo, ahora les pertenecía, ahora tenía que hacer lo que ellos quisieran o si no se desharían de mí.

Prefiero no contar lo que paso esa noche, pero después de eso todas las demás noches fueron iguales, en diferentes sitios, pero siempre con un hombre.

Una de esas noches en las que solo intentaba no morirme de frio y conseguir dinero para poder comer algo, llego un hombre despreciable al que no podía decirle que no, bueno, a ninguno podía decirle que no. Fuimos a los baños de la estación que frecuentábamos y bruscamente me tiro contra el retrete, tenía prisa, empezó a quitarme la ropa y se coloco detrás mía. Una sensación invade mi cuerpo, un dejavú y entonces ese hombre desconocido pasa a ser mi ‘’padre’’, con miedo, rabia y asco doy una patada hacia atrás, entre sus piernas, logro quitármelo de encima y pasar a su lado, huyendo. Me consigue agarrar de la camiseta y estamparme contra el espejo dándome un golpe en la cabeza, me inmoviliza llamándome de todo.

Alguien entra en los baños y una sombra negra coge al tipo por el cuello y empieza a golpearle diciendo ‘¡A las niñas pequeñas no se les toca!’. Salgo corriendo al escuchar el estallido de un cráneo al partirse, intento volver a ponerme la falda. En ese momento, al salir por la puerta de los baños el hombre de los puñetazos grita con voz profunda ‘¿vas a seguir huyendo siempre?’, algo más fuerte que el terror me hace frenar en seco y sujetándome fuertemente la falda me quedo inmóvil.

Cuando llega a mi altura, me pone su chaqueta sobre los hombros y me dice “No tendrás que volver a huir nunca más”, le miro a los ojos y veo que no quiere hacerme daño, así que como si estuviera en un sueño extraño le sigo.

Nos dirigimos a una furgoneta, cuando abro la puerta para entrar me encuentro con otras 3 chicas, a una parece que le han disparado en la garganta, no le doy importancia y me dejo llevar.

Somos 4 adolescentes en la furgoneta de un cuarentón...

Bueno aquí no hace frio y si voy a morir espero que sea lo más lejos de esta ciudad. Solo me arrepentiría de no poder despedirme de mi hermano.

Nos detenemos en una gasolinera y el cuarentón nos dice “He quedado aquí con unos amigos, pero tengo una misión para vosotras, tenéis que coger ese camión y llevarlo a un lugar llamado Howlnest, en la guantera hay un mapa, confío en vosotras, todos saldremos ganando” una de las chicas saca un mapa atlas del bolsillo y se lo muestra al hombre, este se ríe “Chica lista. En ese mapa encontrareis la dirección, nos encontraremos allí y os lo explicare todo. Sois muy importantes para mí.”

Salió de la furgoneta y entro en el restaurante de la gasolinera. Las chicas que estaban a mi lado estaban discutiendo por algo, no se que era, yo estaba mirando al cuarentón y sus “amigos”, tenía una manera muy peculiar de tratar a sus amigos, parecía como si les estuviera vacilando… bueno o al menos yo no les robo a mis amigos, estuvieron a punto de darle una paliza pero él se deshizo en ademanes y salió por donde había entrado.

Sin mediar palabra nos lanza las llaves de un camión y nos lo indica con el dedo, se apoya en la furgoneta y mira su reloj.

Cogí las llaves y mientras mis compañeras salen y se llevan a la moribunda al camión voy a hablar con el cuarentón. Sonriendo con complicidad le digo “¿En el bolsillo del tipo no había nada más?” mirando a otro lado se lleva la mano a la nariz y aspira sonoramente al girarse dice “No, nada”, riendo por el polvo blanco que le cubre parte de la nariz me giro y me dirijo al camión, a la puerta del conductor.

Arranco y con algo de dificultad consigo salir de la gasolinera en dirección a Howlnest, mientras salíamos de allí empezamos a oler a gasolina, de una manera muy fuerte. Miro por el retrovisor para ver cómo nos alejamos de esta. De pronto explotó, pegue un frenazo de la sorpresa, un depósito de gasolina ardiendo pasa por encima de nosotras y se estrella justo delante, genera una columna de luz que ilumina nuestras caras de asombro y miedo. Sin pensármelo mucho acelero esquivando el depósito y seguimos nuestro camino sin mirar a atrás.

Continuamos durante media hora en la dirección indicada. Cerca del lugar a donde deberíamos ir con la mercancía, nos detuvimos, era una carretera secundaria poco iluminada. Nos intrigaba la carga que trasladábamos y la moribunda, a pesar de que no hablaba (por que no podía) insiste mucho en que miremos. Revolvemos la cabina en busca de algo útil y encontramos 2 armas y una linterna. La decisión es unánime, yo tengo las llaves y la morena lleva un arma y la linterna, y bueno alguien se tiene que quedar con la moribunda.

Salimos del camión y nos dirigimos a la parte de atrás, con dudas lo primero que hago es dar unos toques fuertes al tráiler, igual es algo que está vivo, después de una eterna espera de unos segundos, nada contesta al otro lado. Meto las llaves en la cerradura mientras mi compañera apunta de frente con el arma y la linterna. Abro la puerta de golpe escondiéndome detrás de ella y esperando que si hay algo ataque a mi compañera. Después de unos segundos y ver que no fue atacada me asomo por un lado de la puerta para descubrir que habíamos robado un cargamento de armas del ejército, flipando en colores cierro la puerta rápidamente mirando que nadie nos este observando y vuelvo a dirigirme a la cabina como fingiendo que aquí no a pasando nada.

Seguimos por la carretera secundaria que se adentraba en un bosque, este iba haciéndose más espeso, el camión chocaba con las ramas de algunos árboles hasta que pasamos por debajo de un arco grande donde se podían ver unas letras descascarilladas y corroídas por el tiempo en las que ponía HOWLNEST, habíamos llegado. El bosque se abría para dejar paso a una plaza y un gran edificio antiguo, bastante desmejorado por el paso del tiempo, pero se veía claramente que en su época habría sido un edificio importante.

Paramos el camión de frente a la entrada del edificio para dejar la fachada iluminada, de pronto por la entrada apareció un lobo, era negro y aullaba fuertemente, rápidamente cerré los pestillos de la cabina del camión. No es que inspirase miedo, pero vamos, es un lobo en medio de un bosque. La chica morena se empeño en salir y empezamos a discutir subiendo y bajando los pestillos de las puertas hasta que me canse y le dije que era su puto problema, detrás de la morena salió la rubia, como si no pudiera evitar seguirla, volví a cerrar rápidamente y asegurar las puertas. La moribunda se empeño en que la pusiese mirando a la puerta cerrada, me serviría de escudo humano así que no dude en ayudarla a moverse.

Al cabo de unos minutos se empezó a escuchar una música y la moribunda empezó a balbucear algo que no llegaba a entender, tenía la voz muy cascada, creo que decía “Mamá”.

Se precipito contra la puerta y abriéndola se calló de bruces, mi reacción fue cerrar la puerta mientras la moribunda se arrastraba como podía dejando un rastro de sangre por la nieve.

Con bastante miedo salí del camión dirigiéndome a la parte de atrás, si entraba en ese edificio por lo menos seria armada, con una pata de cabra al ristre y una uzi me adentre en el oscuro edificio donde encontré a la moribunda en las escaleras aun farfullando “Mamá”. Le ayude a levantarse pasando uno de sus brazos por mi cuello y con el arma en la otra mano subimos escaleras arriba para encontrarnos a los otras dos chicas y al fondo al cuarentón calentando unas lentejas o algo parecido.

Me rugen las tripas, llevo todo el día sin probar bocado. Entramos en la habitación y la evidencia habla por sí sola, la moribunda no puede comer y seguramente necesite un hospital.

El cuarentón se levanta y nos dirige a una camilla cercana donde la tiende y nos pide que la sujetemos, le hace morder un palo y le destapa la herida, no tiene buena pinta, saca un cuchillo que calienta al rojo y se lo pone sobre la herida, la chica grita y cae inconsciente mientras el ambiente se llena de un olor extraño de carne quemada.

Le pone un gotero y nos invita a comer con él. Comía con ganas e indiferencia indicándonos que comiésemos.

La comida sabía a gloria, hacia mucho que no comía algo caliente y entonces fui consciente del frio que hacia fuera. La comida caliente y el cansancio empezaban a pesar, no podía evitar que se me cerrasen los ojos y antes de quedarme dormida lo último que vi fue al cuarentón metiéndose los dedos en la garganta para vomitar, ¡Mierda!

Desperté un par de horas después, no tenía ni el arma ni la pata de cabra, rebusque en mis bolsillos, incluso en mi sujetador, no tenía las llaves del camión.

Empezaron a presentarse, la moribunda se llamaba Mavra, la morena Ailyna y la otra Laika.

Echas las presentaciones volvimos a escuchar el aullido del lobo y como pasaba por delante de la puerta de la habitación donde estábamos. Fui a mirar a la puerta con Mavra al lado y cuando nos asomamos el lobo estaba tumbado al fondo del pasillo, cuando nos vio se levanto y empezó a bajar las escaleras, Ailyna y Laika fueron corriendo detrás del lobo y un poco detrás les seguía Mavra.

No quería quedarme sola en ese sitio así que las seguí, cuando empecé a bajar las escaleras lo único que vi fue como Mavra entraba en el cementerio que había entre los edificios, detrás de una cristalera, la vi caer de rodillas en frente de una tumba y como empezaba a llorar.

Me acuclille en las escaleras pensando en lo que estaba haciendo allí con todos esos desconocidos, en cómo había llegado a esa situación, recogiéndome las rodillas y metiendo la cabeza en ellas, me hundí en mis pensamientos. Un aullido me hizo levantar la cabeza y veo una bestia erguida sobre dos patas, cubierto de pelo negro y espeso, con unas garras enormes y cabeza de lobo. Salgo corriendo al ver semejante espécimen, en dirección al cementerio, el terror no me permite ver por dónde voy y me choco contra Mavra, cayendo al suelo, me levanto como puedo ignorándolo todo, escucho como se rompen unos cristales, no me doy la vuelta para ver lo que es, solo sigo corriendo dando la vuelta al edificio para intentar salir por donde habíamos venido. Cuando empiezo a trepar por una verja un fuerte pitido me taladra los tímpanos y me impide moverme, caigo al suelo incapacitada, con sangre en los oídos.

Veo venir al cuarentón totalmente desnudo con una especie de cuchillo en la mano, tranquilamente se arrodilla encima de mí y me clava el cuchillo en el pecho, la rabia me inunda y mi cuerpo empieza a cambiar, agarro al cuarentón de los hombros gritando “¡Pensaba que tú eras diferente!” me pongo sobre él y le muerdo el cuello.

Otra vez el pitido que me nubla la mente y vuelve a hacerme caer, cuando despierto estoy en posición fetal, completamente desnuda y tiritando en medio de la nieve. Sigo sin poder moverme y el cuarentón me tapa con un poco de ropa y me dice que me vista, me levanto y hago lo que me ordena, aturdida por lo que acaba de ocurrir voy detrás de él, entrando de nuevo en el cementerio donde veo a las demás en mi misma situación, el hombre les da ropa y espera a que se vistan.

Volvemos a la habitación en la que dormimos, todas aturdidas y con falta de calor, nos ponemos alrededor del hornillo de calentar la comida y el hombre se presenta, dice llamarse Rodio, nos cuenta que somos Garous, una especie de hombres lobo, nos explica que papel interpretamos en la manada y que juntas formamos una manada, las hijas de la rabia. Nos dice que él conoció a nuestros padres y que todo se desvelaría a su debido momento.

Me aparta del grupo y me da la daga, que ahora puedo apreciar que tiene forma de colmillo, diciéndome “Este es el fetiche de la venganza, deberás llevarlo hasta que el legitimo heredero lo reclame, esta tarea recae sobre ti porque eres la líder de la manada, deberás guiarlos, a no ser que no te veas preparada para ello, siempre podrás legar el cargo”.

Después de un corto periodo de asimilación, con todo el tema de los Garou y lo que ello significaba, vi cuanto había cambiado mi vida en una simple, larga y rara noche.

En el alfeizar de la ventana había clavos, un montón, con ratas y roedores semidevorados clavados en ellos y cerca de esta una lechuza blanca sobrevolaba la zona, vino al alfeizar a comer algunas ratas y mirarnos con curiosidad.

Al fijarme en ella un enorme cuervo negro cruzo la ventana y entre una maraña de plumas se convirtió en un hombre, Rodio le llamo Raven, pero el cuervo sin hacer ningún aman de saludar dijo que mi hermano, Luke, estaba en peligro, tenía que ir a ayudarle, ya, no podíamos entretenernos más.

Mirando a Rodio de forma apremiante bajamos a la entrada y allí estaba nuestro camión, robado, pero lo habían modificado, ahora tenía una gran lechuza de plata en el frontal, como defensa. Rodio me dio las llaves y subí apresuradamente en el, aun que esperando por mis compañeras, que ahora eran mi manada, sin saber la magnitud de esas palabras.

Nos pusimos en marcha siguiendo a la lechuza blanca y al cuervo, pero a medio camino el camión se detuvo, en una tormenta de nieve. Con la moral por los suelos, el depósito vacio y en medio de la nada… pero… algo se movía entre los árboles y… un poco más adelante se podía distinguir como esta tormenta se cortaba de repente y un lobo blanco nos miraba fijamente.

Salimos del camión, total no teníamos gasolina, nos dirigimos a donde estaba el lobo, al llegar a su altura se transformo en una señora mayor, totalmente desnuda, con el pelo largo y muy blanco. Tendiéndome la mano dijo “Si quieres saber la verdad sígueme”, alargue la mano para tocársela pero antes de llegar a hacerlo se volvió a transformar en lobo y se puso a correr. Salimos corriendo detrás de ella, Ailyna y yo tirando de Laika que se estaba quedando un poco rezagada.

Subimos una pequeña colina y entramos en una cueva. Las paredes estaban cubiertas de musgo, un musgo luminoso que Mavra iba tocando para hacerlo brillar e iluminarnos el camino a su paso. Entramos en una estancia más grande y el lobo volvió a convertirse en anciana, nos dijo que se llamaba Madre Selva, que nos enseñaría a convertirnos sin que nos doliera nada, imitamos a Madre Selva y nos convertimos en lobos. Al hacer esto a nuestro alrededor empezaron a salir todo tipo de criaturas diminutas, espíritus danzantes que nos susurraban cosas, después de lo que pareció un tiempo muy largo de un viaje de setas, los espíritus habían desaparecido y estábamos solas con Madre Selva en la cueva.

Nos convertimos de nuevo en humanas y nos vestimos para salir de la cueva, al salir llego Raven y madre Selva nos insto a continuar nuestro camino para salvar a Luke, pero no teníamos gasolina, “¿Mikael no ha llenado el depósito?” le pregunta Madre Selva a Raven, nos fijamos que donde el camión, a lo lejos, hay un hombre alto, musculoso, rubio, con un montón de estigmas en la cara, como cortes, está con una expresión dura. Algo en el parecía diferente, como si algo en el estuviese mal.

Volvimos al camión y nos pusimos rumbo a la ciudad. Cuando entramos en ella Raven nos llevo a una parte que yo no conocía de nada, era un edificio alto. El cuervo entro por una de las ventanas, una muy alta. Mavra nos dijo que la siguiéramos, que era su casa, no podía parar de pensar el motivo de ¿Por qué mi hermano estaría en su casa, que motivo habría?

Estábamos subiendo en el montacargas mientras veíamos como en uno de los pisos un despreciable hombre pegaba a una mujer y la insultaba, como Mavra se le que mirando fijamente, este nos insultó también y la contestación de Laika fue un bonito escupitajo.

Nos bajamos en el 6º piso, Mavra lo conocía muy bien, en cuanto llego fue directa al felpudo donde escondía la llave de la puerta abriendo esta y pasando casi ignorando el precinto de la policía que cruzaba de lado a otro.

Al entrar nos dirigimos al salón en el que se encontraba un árbol de navidad y Raven comiendo una comida típica de esta época, empezaba a cabrearme y mucho. Nos instó a comer y abrir nuestros regalos de navidad, esto era el colmo. Muy cabreada me dirigí a Raven diciéndole que haber si esto era una mala broma, mi hermano estaba en peligro y el estaba tan tranquilo cenando al pie de un estúpido árbol, lo primero, no pensaba celebrar nada sin mi hermano, lo segundo, está en peligro y nosotras aquí haciendo un montón de nada y lo tercero, ¡¡DONDE ESTA MI HERMANO!!

Justo después de decir eso vemos como un gran búho atraviesa el edificio, literalmente atraviesa con las alas extendidas las pareces, nos coge a todas y volamos a través de la ventana, vemos Howlnest a lo lejos, sobrevolamos la ciudad y una voz potente dice “Aguas profundas ha caído” Beatrix, líder de los jinetes de la tormenta. Mis compañeras empiezan a hacerle preguntas al búho y este les muestra lo que quieren ver.

De repente vemos como Rodio forcejea con un hombre, por un bebe, sucesivamente veo a mi hermano y a mí al lado de otra niña con alguien cogido, parece que son Laika y Ailyna, a las puertas de un orfanato, una mujer les toca la cabeza y sus recuerdos de Howlnest desaparecen, esa mujer resulta ser la madre de Ailyna.

Mi frustración acaba de llegar al límite por toda esta pérdida de tiempo, le pregunto al búho, “¡¿Dónde está mi hermano?!” nos lleva a los jardines de mi antigua casa, se escuchaban disparos en la parte de arriba. Abajo dos hombres hablaban de que hay que atraparlo, se referían a esta persona como “el príncipe”. Mavra y yo nos miramos, al instante se convirtió en hispo y salió corriendo.
Con el corazón en un puño, no dejo de oír voces, “¡Hay otro!”, después una sucesión de mas disparos y la lechuza blanca saliendo por una ventana seguida por Mavra y el que parece mi hermano transformado en crinos, caen en la piscina, la lechuza también cruza el agua, así que todas vamos detrás.

Dentro de la piscina Luke volvió a ser humano y empezó a ahogarse, me acerque a él, tenía que darle aire, si no todo esto no habría servido para nada. Nadamos hasta el fondo de la piscina detrás de la lechuza, a nuestra espalda no dejan de disparar, pero las balas no llegan a alcanzarnos.

Con las mismas alas que nos trajeron aquí, volamos por la ¿umbra?, arriba se hizo abajo y salimos al otro lado volando, atravesamos la misma ventana por la que nos fuimos, la de la casa de Mavra.

Luke estaba completamente desnudo después de la transformación y su cuerpo lleno de moratones, intentamos explicarle lo que había pasado, todo el tema de los garou y de lo que éramos, la lechuza no dejaba de acariciarse contra él a pesar de lo asustado que estaba. Mavra le tiro ropa y en tono cortante le dijo “Vístete”, no le di importancia.

Con un sentimiento raro abrí el que supuestamente era mi regalo de navidad mientras comía algo, eran unas chapas militares, para que no tengamos que preocuparnos de la ropa cuando nos convirtamos.

Mientras Luke estaba en el baño yo me recuesto contra la pared, agotada por todas las situaciones vividas, con un agotamiento tanto físico como mental, acaricio distraídamente a la lechuza.

Escuchamos unos pasos por el pasillo, acompañados de un tic-tac muy característico, cuando se abre la puerta aparece Rodio, llega felicitándonos a todos las navidades, “Todos sabemos que Papá Noel son los padre” contesta Mavra en tono seco, ¿Qué le pasa a esta chica ahora? Ignorando el comentario Rodio pregunta por Luke, que está en el baño “O no” otro comentario de Mavra, de verdad que no entiendo que tiene esta chica en contra de mi hermano…

Luke sale del baño mientras Rodio le pone una grabación a Raven, es una conversación que tienen con aquel al que llaman “Príncipe de la ciudad” y Rodio le insta a venir a buscarnos, que sabe perfectamente donde vamos a estar. Raven al escuchar esto intenta salir corriendo asustado o bueno volando, pero Rodio fue más rápido y lo atrapo.

Parece ser que esto significaba que íbamos a tener que luchar con alguien para poder salir de esta ciudad que cada vez era más odiada para mí. Bajamos todos en el montacargas aun que Rodio, Laika y Mavra decidieron bajarse en el tercer piso, donde aquel extraño hombre nos había insultado, suspirando volví a cerrar la puerta, les esperaría abajo con el camión encendido.

Al salir del montacargas en la última planta nos vimos acorraladas por un montón de policías que nos apuntaban con sus armas, sin ningún motivo aparente pero éramos sus objetivos. Seguro que ese tal príncipe les enviaba, al igual que los que estaban en la que fue mi casa cuando fuimos a por Luke. Ailyna sin poder contenerse al verse acorralada se convierte en crinos, adquiriendo una forma tan mortífera que casi todos los agentes salen corriendo chillando de puro terror. Los pocos policías que aun quedaban salen corriendo en cuanto Ailyna ruge y se dispone a saltar sobre ellos. Sin ningún tipo de obstáculo delante salimos corriendo para fuera donde empezaban a escucharse tiros.

En la esquina del edificio vimos a Mikael, estaba intentando llegar a nosotras pero un helicóptero le disparaba desde el cielo nocturno, fui corriendo al camión para encenderlo, Luke se puso de copiloto, e intentamos interponernos entre los disparos y Mikael pero una gran mole de carne lo impedía, parecía una garrapata gigante, se disponía a atacarnos y detrás de esta, un camión de la basura que venía a toda velocidad hacia nosotros. ¿Cómo nos hemos metido en semejante lio? ¿¿Qué se supone que tengo que hacer??

Los disparos se dejan de escuchar, un gran estruendo y una columna de llamas y humo sale de un edificio cercano, el helicóptero ya no es una molestia, sea lo que sea que le pasase.

En cuanto el camión estuvo en carretera sentí como la garrapata se encaramaba a él, por suerte mis chicas también estaban allí, con Mikael y Rodio dándole para el pelo.

El camión de la basura se puso a mi altura e invistió el tráiler, con mucho esfuerzo intentaba no volcar, con ello me bastaba, cada vez acelerábamos más por las carreteras vacías a estas horas de la noche, mientras una gran pelea se sucedía a su vez encima del tráiler.

El camión de la basura seguía envistiendo, esto no podía seguir así, pegue un frenazo repentino, menos mal que la calle era estrecha y eso evito que la carga y el camión volcase chocando contra los edificios. Por su lado el otro camión tardo mas en reaccionar, derrapo, quedando frente a nosotros, mirándonos fijamente. Con el motor rugiendo en una pelea de valentía. “¡¡Yelena no me encuentro bien!!” me dice Luke, mi mirada se despista un momento de la carretera para observarle preocupada, le están volviendo a salir los moratones por todo el cuerpo y por alguna extraña razón que no me había dado cuenta antes sus hojas son amarillos, de lobo, no cambian aun que este en esta forma, “Tranquilo, todo acabara pronto, no te preocupes” le digo poniendo momentáneamente una mano en su pecho.

Furiosa cojo el colmillo que llevo colgado del cuello, miro a mi oponente y acelero sin piedad, no dejo de acelerar ni un momento hasta un segundo antes de chocar ambos camiones, en el que me transformo crinos, saltando cuando los parabrisas de los camiones estallan y colmillo en mano se lo clavo a mi oponente en el pecho, empieza a escupir sangre mientras intenta hablar, no le doy tiempo a pronunciar palabra, ni siquiera a reaccionar y le vuelvo a clavar el colmillo de nuevo a la vez que de este empieza a salir un grito que no entiendo muy bien lo que es, pero no me voy a detener ahora que mi presa esta indefensa. Intenta a duras penas salir del camión y arrastrarse por el asfalto mientras voy detrás y le vuelvo a asestar otra puñalada, está sangrando por todas partes, y balbuceando sobre qué clase de magia le estoy haciendo, otra puñalada mas y un gruñido furioso, mi presa deja de moverse. El vampiro está muerto. He matado al príncipe.

Mire a mi alrededor, la garrapata también estaba muerta y estábamos todas vivas, algo es algo…

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